El estrés es una respuesta natural del organismo para adaptarse a situaciones exigentes o peligrosas. Sin embargo, cuando se prolonga en el tiempo, puede tener efectos negativos en la salud.

Uno de estos efectos puede ser el aumento de peso. Aunque parezca contradictorio, el estrés crónico puede desencadenar mecanismos que llevan a la acumulación de grasa corporal.

¿Cómo funciona esto?

Cuando se experimenta estrés, el cuerpo libera hormonas que preparan al organismo para una posible «lucha o huida». Entre estas hormonas se encuentra el cortisol, que aumenta los niveles de glucosa en sangre y moviliza los lípidos para obtener energía.

En situaciones de estrés agudo, este mecanismo puede ser beneficioso, ya que proporciona al cuerpo la energía necesaria para sobrevivir en el corto plazo. Sin embargo, cuando el estrés se mantiene por periodos prolongados, el cortisol puede tener efectos negativos sobre el metabolismo.

1. Aumento del apetito

El cortisol puede estimular el apetito y la ingesta de alimentos, sobre todo de aquellos ricos en grasas y azúcares. Esto se debe a que el cuerpo interpreta que necesita energía inmediata para afrontar la situación de estrés.

2. Disminución del gasto energético

El cortisol también puede disminuir la tasa metabólica y la quema de calorías, lo que hace que el cuerpo se vuelva más eficiente en el almacenamiento de grasa.

3. Cambios en la distribución de grasa

Por último, el estrés crónico puede llevar a una mayor acumulación de grasa en el abdomen, ya que en esta zona se encuentran más receptores de cortisol. Esta grasa visceral es más perjudicial para la salud que la subcutánea, ya que se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

¿Qué se puede hacer al respecto?

La mejor forma de prevenir el aumento de peso por estrés es tratar de reducir o controlar el estrés. Algunas estrategias que pueden ayudar son:

• Hacer ejercicio regularmente
• Meditar o practicar alguna técnica de relajación
• Mejorar la calidad del sueño
• Buscar apoyo social y emocional
• Organizar y priorizar las actividades

Si a pesar de estas medidas se sigue experimentando aumento de peso, es recomendable consultar con un profesional de la salud para descartar otras causas subyacentes.

En conclusión, el estrés crónico puede ser un factor que contribuya al aumento de peso. Para prevenirlo, es importante tratar de reducir o controlar el estrés y adoptar hábitos saludables.